Rodríguez Zapatero dijo ayer en el debate del Estado de la Nación: “Tomaré las decisiones que España necesita aunque sean difíciles. Voy a seguir ese camino cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”.
A propósito de la frase, “cueste lo que cueste”. Alguien dijo: “todo destino tiene su casualidad”, y si el destino de los trabajadores españoles, tal y como ayer confirmó Rodríguez Zapatero en el debate del Estado de la Nación, es sufrir, entonces ya conocemos el origen primero de ese destino de sufrimiento que padecerán de ahora en adelante las clases populares de nuestro país.
“Cueste lo que cueste” es la frase que utilizó el Presidente de la Comisión de la UE, José Manuel Durao Barroso, en la madrugada del pasado 08-05-2010, con ocasión de una cumbre extraordinaria en Bruselas, para analizar la grave situación por la que pasan algunos países europeos debido a lo que entonces se valoró como un ataque organizado a nivel mundial contra el euro.
A partir de ese momento se pusieron en marcha una serie de medidas económicas que, lejos de enfrentar la rapiña de los parásitos especuladores, ha sido dirigida contra las bases sociológicas del propio Ejecutivo, que asisten desconcertadas y preocupadas a este giro. Es decir, de golpe y porrazo el Gobierno socialista se erige en un mero transmisor de las políticas neoliberales de la UE. Al final se ha asumido una ortodoxia injusta, un dogma por el cual en esta época de turbulencias gobernar supone imponer sacrificios a gente que no ha creado esta crisis y que es la que está más desprotegida ante esta situación.
Rodríguez Zapatero ha elegido al peor padrino posible. ¿O no fue Durao Barroso el anfitrión de la foto de las Azores, aquella reunión con Aznar, Blair y Bush, en la que se diseñó la gran mentira que amparó la guerra de Iraq? ¿O no ha sido Durao Barroso el que ha pedido a los sindicatos que no agiten a los trabajadores europeos? ¿O no ha sido Durao Barroso quien amenazó, en una reunión extraordinaria con dirigentes sindicales, que si no se ponen en vigor inmediatamente medidas drásticas para atajar la crisis en los países más afectados del sur de Europa, podrían producirse golpes militares?
Hay un refrán castellano que dice: dime con quién andas y te diré quien eres. Parece un refrán muy adecuado para la relación entre Durao Barroso y Rodríguez Zapatero. Además, no está bien el ir siempre pidiendo cigarros y fumando a costa de los demás. Visto lo visto, una cosa queda clara, el coste no es el mismo –cueste lo que cueste– para los trabajadores que para Rodríguez Zapatero.