jueves, 15 de julio de 2010

Intervención inicial y réplica de Gaspar Llamazares a Rodríguez Zapatero durante el debate sobre el Estado de la Nación.

Señor presidente del Gobierno, esto, el debate sobre el estado de la nación, es algo más que un juego o que un combate de esgrima, donde ni el Partido Popular presenta la moción de censura ni el Gobierno la cuestión de confianza y todos tan contentos. Detrás del combate de esgrima hay una crisis social, con la convocatoria -usted no lo ha dicho, lo digo yo; no lo ha dicho ya en dos debates seguidos- de una Huelga General para el 29 de septiembre no porque usted haya tomado la decisión unilateral de adoptar una reforma laboral, no, sino porque la reforma laboral es regresiva para los intereses de los trabajadores.


Pero no solamente hay una crisis social, señor presidente del Gobierno, estamos ante una crisis política en la que el Gobierno adopta la peor de las actitudes: asume el programa de la derecha y mantiene la geometría variable, es decir, programa conservador, inseguridad e incertidumbre desde el Gobierno. Por otra parte, también hay una crisis institucional. Lo reconozca o no lo reconozca usted, estamos ante un cambio de ciclo, no únicamente ante un cambio de enfoque que ha dicho usted en su intervención, sino ante un cambio de ciclo, porque los cambios y las reformas, de las que nosotros hemos participado desde la legislatura pasada, están hoy en la almoneda, están hoy en cuestión. ¿Qué ponen en cuestión esos cambios? Su modelo bipartidista. El modelo bipartidista trasladado a las instituciones del Estado las bloquea, impide los acuerdos y aísla la pluralidad de este país. Ese es el resultado del bloqueo bipartidista, que se ha convertido en una crisis institucional.
Señor presidente del Gobierno, vuelvo al cambio de enfoque con respecto a la crisis económica. Ha anunciado hoy un ajuste más duro todavía. Podríamos decir que ha traspasado usted el Rubicón y que la suerte está echada. No se trata, señoría, de un cambio de enfoque ni se trata únicamente de que en determinado momento del ciclo ustedes adoptan una política expansiva y ahora, para reducir el déficit, una política restrictiva. No es cierto. En la primera fase del ciclo, e incluso antes del ciclo, usted tenía una grave responsabilidad que no quiso asumir a pesar de que se lo dijimos en muchas ocasiones. Usted devaluó el sistema fiscal de este país; lo ha cuantificado usted, no yo. Por sus contrarreformas fiscales dejó de ingresar 30.000 millones de euros que hoy nos hubieran venido de perlas para no realizar ajustes sobre trabajadores, pensionistas, funcionarios y ciudadanos en general. Pero no solamente su responsabilidad es la devaluación de nuestro sistema fiscal, su responsabilidad es que esa devaluación del sistema fiscal produjo en el momento de la crisis un desplome de los ingresos. Por un lado, un incremento del gasto social y, por otro, un desplome de los ingresos del cual usted tiene una parte importante de responsabilidad.

Vayamos ahora a las medidas restrictivas, a las medidas que usted toma ante el cambio de ciclo. Da toda la impresión del viejo esquema de la derecha: primero ‘socializar las pérdidas’ cuando hay un momento de crisis, sobre todo para el sistema financiero, y luego ‘privatizar los beneficios’. De eso se trata y de eso tratan las contrarreformas que nos ha presentado hoy, adobadas de impulso a la competitividad y a la productividad. Nada de impulso a la competitividad y a la productividad, incremento de los beneficios de las empresas mientras hace un llamamiento a sangre, sudor y lágrimas a los trabajadores y a los ciudadanos. Porque, señor presidente del Gobierno, la reforma laboral es una contrarreforma laboral, no aborda la dualización, no aborda la precariedad, abarata el despido, lo facilita y, además, debilita la capacidad negociadora de los trabajadores. Esa es su contrarreforma laboral, en el mismo sentido de las contrarreformas laborales anteriores que han traído como consecuencia un mercado laboral precario. Por tanto, no vamos a un mercado laboral competitivo, vamos a un mercado laboral más precario.

En relación con el sistema de pensiones, propone usted una nueva vuelta de tuerca. Nos había dicho que iba a proponer el incremento de la edad de jubilación, pero no ha tenido suficiente, ahora va a aumentar lo que dijo que no aumentaría y lo que negó en la Unión Europea, el periodo de cálculo, es decir, reducir el sistema público de pensiones para que el sistema privado de pensiones tenga cada vez más espacio en el mercado, es decir, menos competitividad y más especulación.

Señor presidente del Gobierno, es inaceptable la propuesta laboral, la propuesta de pensiones, pero la de Cajas ya es un escándalo, señoría. Es un escándalo que digan ustedes que van a despolitizar las Cajas, como si ser político fuera un pecado -yo lo soy y no creo que eso sea así-, y que van, además, a incrementar el capital de las Cajas. No, señoría, lo que van a hacer ustedes es transferir 15.000 millones de euros de capital público a capital privado. De nuevo, 15.000 millones de euros de saneamiento de las Cajas más 30.000 millones en créditos blandos que ahora pondrán en manos de la participación privada en una privatización a la carta de las cajas de ahorros que no se atrevió a hacer el Partido Popular. Porque lo duro de estas medidas es que la derecha de este país no se atrevió a hacerlas.

Por eso, señorías, hay razones para la Huelga General. También creemos que se ha producido un bloqueo institucional, lo he dicho antes en relación con la reforma del Estatuto, en relación con la configuración de los órganos institucionales del Estado, pero le digo una cosa que tiene que ver con su relación conmigo, con su relación personal: ustedes han bloqueado la reforma electoral. Para mí eso es una deslealtad política y personal, porque ustedes configuran y consolidan un sistema de fraude electoral que roba los votos a una parte de la ciudadanía a favor de las mayorías y de la estabilidad parlamentaria.

Termino, señorías, haciendo referencia a que hay otro camino. Hay otro camino en el que en vez de recortar los gastos, en vez del ajuste duro, podamos llevar a cabo una reforma fiscal y una lucha contra el fraude que nos permita mayores ingresos. Hay otro camino en mantener el impulso público retardando el cumplimiento de los objetivos de equilibrio presupuestario. Hay otro camino también de cambio de modelo de desarrollo no para privatizar las Cajas sino para una Banca Pública que permita la recuperación de la economía y del empleo y, sobre todo, señor presidente, hay otro camino para que no estemos ante el cambio de ciclo, el debilitamiento de la izquierda y el relevo por parte de la derecha.

Hay otro camino, en nuestra opinión, no el de tener pocos principios y muy flexibles -que parece ser que es lo que tenemos hoy encima de la mesa-, no el de que ‘esto no, nunca jamás’ y es ‘sí’ pasado mañana, sino mantener principios solidarios, principios de izquierdas y una voluntad de cambio que usted ha abandonado. Señor presidente del Gobierno, o bien usted rectifica y se une al movimiento social, a los sindicatos y a la izquierda parlamentaria, u hoy mismo rompe con la izquierda parlamentaria, y esta será su oposición en esta Cámara pero no solamente en el juego floral sino en la calle. Muchas gracias.

Segunda intervención de Llamazares (réplica):

Primero, en relación con lo que parece que usted no conocía, que es la reforma electoral, no sé si se acuerda -hace de esto cinco años- de su compromiso de creación de una comisión de reforma electoral. Han creado la Comisión de Reforma Electoral prácticamente al final de ese periodo y han votado en contra de la proporcionalidad electoral, es decir, de la recuperación de cierta representación básica en democracia, que es que una persona valga un voto y que no pase como con el voto de Izquierda Unida, que el voto de una persona vale una décima parte del voto de otros partidos políticos mayoritarios como el suyo. Es una burla y por tanto así nos la tomamos.

Segunda cuestión. Dice usted, señor presidente, que no hay alternativa. Yo le digo que sí. Con las mismas medidas que usted ha adoptado, en vez de recorte de gastos, mejora de los ingresos; en vez de recorte de pensiones, mantenimiento del Impuesto sobre el Patrimonio, la misma cantidad; en vez de recorte de salarios de los funcionarios, lucha contra el fraude fiscal -tiene usted 70.000 millones de fondo de fraude fiscal-; en vez de recorte de las inversiones y de la cooperación internacional, recuperación de la progresividad fiscal. En nuestro país, sociedades e IRPF están muy por debajo de la media de la Unión Europea, sobre todo sociedades, que está prácticamente en el 17 por ciento, en la mitad.

Quiero terminar con lo relativo a las políticas sociales. Me resulta muy chocante el argumento de adelgazar el Estado de bienestar para fortalecer el Estado de bienestar. Eso lo podrán hacer los alemanes, que tienen Estado de bienestar. Nosotros tenemos un Estado de medio estar y a veces del malestar. Por ejemplo, nos diferencian de ellos aproximadamente 70.000 millones de euros y un buen porcentaje en materia de PIB. Por lo tanto, si usted adelgaza el Estado de bienestar lo pone en peligro en un país donde el Estado de bienestar es anoréxico.

Termino. Respecto a la reforma laboral dice usted que hay muchas opiniones. Sí, pero los nuestros, la izquierda social y política de este país, tienen una opinión unánime respecto a su reforma laboral: que es la reforma laboral que mantiene la precariedad del empleo, la reforma laboral que abarata y facilita el despido y la reforma laboral que desequilibra la relación entre trabajadores y empresarios en favor de los empresarios. Es decir, es la reforma laboral que lo único que hace es recuperar de alguna manera los beneficios de los empresarios sobre la espalda de los trabajadores.

Por último, no se extrañe del ataque de los mercados. Ustedes sólo les enseñaron los dientes, no tomaron ninguna medida de control. La respuesta es que los mercados les controlan a ustedes.