Estuve este fin de semana en la inauguración de la segunda edición de la Feria Agroalimentaria de Fernán Núñez, y he de confesar que sentí envida sana por este pueblo al comprobar la ilusión e interés que mostraban las autoridades- alcaldesa de IU al frente-, y los vecinos, por manifestar el esfuerzo realizado para mantener su Feria Agroalimentaria, sintiéndose orgullosos de lo que habían conseguido. .
Durante toda la noche no pude evitar una incesante pregunta que golpeaba mi subconsciente. ¿Porqué Aguilar No y Fernán Núñez, Sí? . Para este discernimiento sólo halle una respuesta convincente que razonara la interrogante expuesta. No se si acertado o no, pero verdaderamente creo que la variable que determina que Fernán Núñez celebre su Feria Agroalimentaria y que Aguilar dejara perder, en pleno apogeo, la suya, (FECUA), radica esencialmente en la manifiesta ineficacia y desinterés de un alcalde predispuesto a no complicarse la existencia ante las “dificultades”, optando siempre por la solución más fácil y cómoda, en este caso, dejar perder la Feria de Muestras de Aguilar que el mismísimo PSOE había puesto en marcha.
Pocos pueblos existen en la provincia de Córdoba que no cuenten con eventos para dar a conocer y promocionar sus riquezas gastronómicas, monumentales, industriales, etc, Así de pronto ,podríamos citar a la Rambla con la Muestra de Alfarería;, Villanueva con la Feria del Jamón; Castro con la de la artesanía y la de la agricultura ecológica;, Rute con sus dulces y anises; Zueros con la Feria del Queso, Lucena, Cabra, Puente Genil …….hasta Monturque cuenta con un evento para promocionar la singularidad de sus Cementerio.
Aguilar ha demostrado, y no hace tanto tiempo, que tenemos talento y capacidad suficiente para emprender actividades originales e insólitas con las que dar a conocer y ofrecer nuestro potencial turístico, patrimonial, comercial, et.: Media Luna, Cata Popular y Feria de Muestras, son ejemplos preclaros de esa genialidad, pero también, de la inercia permanente que padecemos en este pueblo al infravalorarnos o amilanarnos ante el primer problema que surja. Ya lo decía Vicente, el poeta, que conocía la historia y los entresijos de la mentalidad colectiva de Aguilar como nadie. “Somos la historia de una contante destrucción"
Antonio Maestre Ballesteros