domingo, 29 de enero de 2012

Cayo Lara exige al Gobierno que "blinde" el gasto social en la Ley de Estabilidad Presupuestaria

El coordinador federal de IU exigió al Gobierno del PP que “blinde” el gasto social en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, cuyo anteproyecto ha estudiado hoy el Consejo de Ministros. Considera que sólo de esa manera se podrá romper la espiral de destrucción de empleo y que estemos encaminados a la recesión económica.

El máximo responsable de IU reclamó a Mariano Rajoy en rueda de prensa en el Congreso que sea “valiente” y diga de dónde va a sacar “los 30.000 ó 40.000 millones de euros” que debe recortar para lograr el objetivo del 4,4% de déficit este año, sin esperar a que se celebren las elecciones autonómicas en Andalucía.

El primer paso para ese cambio de políticas llegaría si el Ejecutivo no se convierte en un “policía, además un policía malo” que aplica sanciones a las comunidades autónomas en virtud de la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria que tramita.


Subrayó que, más que sanciones, las comunidades necesitan más recursos para atender las competencias esenciales, al igual que los ayuntamientos requieren una Ley de Financiación que aún “no ha visto la luz” y que es uno de los motivos de “situación desastrosa que viven los municipios, que carecen de suficiencia financiera”.

Lara recordó que desde la Transición no se ha incrementado el porcentaje de participación de los ayuntamientos en el conjunto del gasto público. “Ya es hora de que esto se resuelva y no de poner corsés a su autonomía financiera y que sean los chivos expiatorio” de la crisis.

Izquierda Unida planteará distintas iniciativas para que se regule una normativa de plazos para agilizar el pago a los proveedores, además de que se limiten los salarios en la Administración Pública, tanto por razones de racionalización del gasto como de ética.

Lara señaló también que la recesión económica anunciada puede provocar una “oleada migratoria” que afectará a los mejor formados, que se ven obligados a salir de España, de manera que en pocos años “no sería extraño que compráramos tecnología desarrollada fuera por jóvenes formados en las universidades españolas”.