Pocas cosas producen más tristeza que contemplar el rostro contrariado de un niño ante un desengaño para el que no existe una razón concluyente Y es que, en su corta edad, los niños también necesitan de razonamientos lógicos para aceptar excusas poco convincentes.
El pasado 28 de febrero fueron muchos los rostros contrariados que pudimos contemplar en la Plaza de San José a las 10 de la mañana, cuando padres e hijos, dispuestos a vivir la aventura de pedalear hasta la Laguna de Zoñar, se encontraron con la sorpresa de que tres días antes, la concejala de deportes había suspendido de motu propio la Ruta del Día de la Bicicleta.
Sin avisar a nadie, sin comunicar nada, la concejala, en un exceso de precaución (temor a la lluvia, según se nos informó), decide suspender la ruta, y con ello, romper la ilusión de unos niños que no alcanzaron a comprender el por qué no podían disfrutar de una actividad que anhelaban desde días atrás. ¿Cómo explicar a un niño que iba a llover cuando el sol iluminaba la mañana y el cielo era una inmensa cúpula azul?, ¿cómo explicar que una de las excusas dadas fue la de ahorrar al Ayuntamiento 150 bocadillos si llovía?. ¿Cómo explicarles a los padres de los niños que la concejala de deportes no conoce las páginas del tiempo de Internet, en las que anunciaban que el sábado y domingo haría buen tiempo en Aguilar?.
¡Que pena que los niños hayan pagado tanta ineptitud!.